miércoles, 24 de marzo de 2010

Cap.1. Llegando a casa...


"Uno no entiende realmente la naturaleza humana a menos que sepa porque un chico en un carrusel saluda a sus padres en cada vuelta y ellos siempre lo saludan de vuelta"

William D. Tammeus

SPVO.

Me encontraba a las afueras del lugar de grabación, nos habían dado media hora de descanso, la verdad es que aunque apenas acabábamos de comenzar, había sido un día muy ajetreado por ser el primero.

Nos encontrábamos a las afueras de Oxford un pueblo tranquilo de Inglaterra, habíamos tenido que recorrer durante una hora desde Londres hasta aquí en automóvil para llegar, después habíamos tomado una desviación casi imperceptible en la carretera y así nos adentramos en ese camino, desde lo lejos solo parecía un camino más, pero si ponía atención ese camino se dividía en dos que a su vez conducía a dos lugares, el primero era nuestra locación, donde había varias casas, los camiones de producción, y el set principal, que era de dos piso y muy grande por lo que sabía, ahí había desde dormitorios, hasta cocina baños, regaderas, de todo, ya que nuestras grabaciones serian largas y por lo que se había estado rumorando en la locación, después de un tiempo regresaríamos aquí, ya que pensaban hacer varias películas de esta historia, un historia de un amor que tiene que afrontar todo para poder sobrevivir, llena de magia y mas, casi como sueño de una noche de verano, pero actualizado.

En fin ahí es a donde llevaba el primer camino, pero a lo lejos, y a la vez no tan lejos, porque se podría ver perfectamente desde el gran balcón donde estaba recargado en el barandal atrás de mi había varias mesas para que los actores y gente de producción algunos días pudiera comer al aire libre, dándole un sorbo al café que traía en mi mano levante mi cabeza y la contemple, se alzaba en todo su apogeo una hermosa casa, no corrección eso no era una casa, más bien parecía una mansión, era hermosa, perdida en medio del bosque, no se veía movimiento ahí, las cortinas estaban cerradas y las luces apagadas, estaba deshabitada, me encantaría conocer como es por dentro, algo me decía que sería hermosa.

-Tú también viendo la pequeña casa- me decía mi amigo dándome un leve empujo.

Tom es mi amigo desde la infancia, habíamos crecido juntos en Londres y en el Instituto habíamos conocido a Leila, por alguna extraña razón todos nos habíamos inclinado por el medio artístico, y aquí nos tenían por primera vez nos tocaba trabajar juntos.

-Es imposible no verla, es algo atrayente-

-es muy atrayente- decía Leila apareciendo de la nada, también recargándose en el barandal, pero abriéndose paso entre Tom y yo para quedar en medio, así era ella, le gustaba sentirse protegida, y siempre nos había visto como hermanos, de hecho el día que nos conoció, solo nos dijo hola y después de eso dijo que seriamos sus hermanos y que no aceptaba un no por respuesta, la verdad desde ese día nunca le hemos dicho que no a nada.

-¿Creen que alguien viva ahí?- pregunte clavando mi vista en la casa.

-Yo creo que sí, si te das cuenta, en este momento parece deshabitada, pero no se ve en mal estado, eso quiere decir que alguien le da mantenimiento- Leila siempre observadora.

-Oye Josh, y como van las cosas con Tanya- Tom tenía que sacar ese tema, la verdad no me había puesto a pensar mucho en eso.

-Pues, yo la quiero, pero lo nuestro no está yendo a ningún lado, ya que me ha dicho que se irá a estudiar un tiempo actuación a Nueva York, lo más seguro es que la relación termine- dije agachando la cabeza, la verdad es que con Tanya había pasado muy buenos momentos, era mi novia desde hace dos años, pero la relación por las distancias se estaba deteriorando, me dolía un poco pensar en la separación, pero inconscientemente los dos sabemos que es lo mejor.

-Lo siento- Leila me dio un abrazo.

-Yo también, pero ir a New York es un sueño para Tanya, solo me queda apoyarla, pero seamos realistas, las distancias no ayudan a nada en un relación-

-Es cierto hombre, cada día me sorprende más tu madurez, ¿seguro que tienes 23?, yo digo que has de tener por lo menos unos 30, y eso si bien te va- solo me reí del comentario estúpido de mi hermano.

Nos quedamos en silencio un rato, por alguna razón nuestra vista siempre volvía a la casa, oí como se abría la puerta de vidrio a nuestras espaladas y me gire para ver quién era.

-Chicos Frank los anda buscando, que empezaremos a Rodar en 10 minutos, que se preparen- era Ben, el asistente de mi padre.

Frank era el director de esta película era amigo desde hace muchos años de mis padres, Edna, mi mama también andaba aquí era de Escenografía y Ambientación, todo lo que fuera necesario para que la película luciera perfecta. Mi padre era el único que había agarrado una carrera fuera de cámaras, era director de un hospital en Londres.

Soltamos un suspiro y nos giramos era hora de empezar a prepararnos.

Las grabaciones ese día no fueron muchas, ya que tenían que estar acomodando todo para los siguientes días, mi padre nos dijo que nos podíamos quedar en los cuartos de la planta alta del set, la verdad es que esos estaban ambientados para que pudieras pasar ahí mucho tiempo sin aburrirte, cada uno de nosotros tomo un cuarto, por supuesto uno al lado de otro, quedando primero yo, después Leila y al final Tom.

Decidí que esta noche si la pasaría aquí, pero cuando si pudiera, me iría a dormir a mi apartamento en Oxford, bueno nuestro apartamento, lo habíamos rentado entre los tres.

El siguiente día fue sin mucha novedad, la verdad es que aunque mucha gente no lo vea, a veces es algo tedioso esto de ser actor, pasa mucho tiempo entre rodar una escena y otra.

Les pedí a Tom y Leila que me acompañaran a dar un paseo, la verdad es que este lugar era enorme, era un gran terreno plano de tierra, y ahí instaladas la casa y el set, pero en los límites de esta enorme planicie, empezaba un bosque, solo veías un poco de arboles al principio y después de eso tu vista ya no distinguía, debe de ser complicado meterse aquí sin conocer.

Nosotros solo llegamos un metro dentro del bosque, no tenia caso meternos, no traíamos nada más que las chamarras, seria pésimo perderme y sobre todo por el clima tan frio aquí, íbamos hablando de John un tipo con el que Leila salió un tiempo, la verdad no me dio buena espina nunca, hasta que nos enteramos que era drogadicto y ella lo dejo.

-Miren miren- Empezó a gritar y dar saltitos como niña pequeña, la verdad es que ella era chaparrita, apuntando hacia el otro extremo.

Se estaba estacionando en el porche de la mansión un camión blanco, decía “serví clean” yo conocía esa empresa, se trataba de una pequeña compañía que hacia limpieza en casa de gente importante, aunque era pequeña la empresa era muy reconocida, por su intachable discreción, había rumores que paparazzi habían intentado comprar a algunos empleados cuando ellos se dedicaban a limpiar la casa de un Ex Presidente, pero esta empresa nunca soltaba nada de información, si ellos estaban aquí, entonces las personas que habitaban esa casa son conocidas.

Se bajaron unas 10 personas vestidas de pantalón y camisa blanca, y solo una persona que iba de azul que yo sabía que era el que estaba al mando de ellos, ya que una vez Carlos mi padre los contrato, saco un control como de carro, lo aplano dos veces y entonces automáticamente la casa pareció tomar vida, las luces se empezaron a encender y las cortinas se abrieron, esa casa parecía una casa de seguridad, las personas tomaron sus cosas y entraron, algunas subieron las hermosas escaleras de vidrio y madera de entrada principal, y otras rodearon la casa por el lado izquierdo donde había una hermosa terraza en el primer nivel a la que accedías por unos 5 escalones, los cuales te conectaban a la gran planicie de pasto como la que estábamos parados nosotros.

-Ahora si estoy intrigado, quien quiera que sea la persona que vive ahí, por alguna razón la tienen muy bien protegida- Tom parecía embobado viendo a las personas.

-¿Cómo que protegida?-

-No viste, con un botón lo controlo todo, una vez oí hablar a unos guardias de seguridad en un bar, ya sabes hice platica con ellos mientras veía un juego de futbol, y ese día ellos me comentaron que había una casa que se manejaba así, automáticamente la casa se cierra cuando alguien le activa, tu viste como las cortinas y las luces se abrieron, nunca pensé verla algún día, ya que me habían dicho que era única y mira, es la misma mansión que estamos viendo- mi hermano estaba fascinado , y eso que era un poco difícil sorprenderlo.

-No puede ser tan segura, las puertas y las ventanas son de vidrio- dijo Leila, llevándose su dedo índice y pulgar para sostener su barbilla, hacia eso cuando pensaba seriamente en algo.

-Son delgadas sí, pero esas puertas y ventanas están blindadas-

-¿Tu como sabes todo eso?-

-Porque me intereso demasiado cuando me entere que existía una casa con estas características, los guardias que me contaron, me dijeron que era un mito entre ellos, mucha gente que trabaja en seguridad lo sabía ya que es de las casas más seguras y no tiene ni un solo vigilante, ¿Cómo si lo necesitara?, solo que no sabían dónde se encontraba ni quiénes son los dueños- Era muy raro cuando Tom hablaba sin hacer bromas.

-Sera mejor que nos vayamos, me siento como un acosador viendo hacia allá desde hace rato- pase mi brazo por los hombros de Leila y la hice caminar en dirección al set – Vámonos Tom, vamos a buscar algo de comida- grite sobre mi hombro y enseguida Tom dejo de ver la casa.

-Quiero pollo- soltó alcanzándonos, solté una carcajada al ver como de repente estaba entretenido en algo y al minuto se le olvidaba, el era así.

Los siguientes dos días nos dedicamos exhaustivamente a las filmaciones, Frank andaba algo preocupado porque le hacía falta una locación, dijo que lo resolvería en unos cuantos días.

Nos encontrábamos en el balcón en una de las mesas, cuando oímos el chirrido de unas llantas, nos levantamos y vimos como venían entrando por el camino oculto de la carretera dos carros, más bien una camioneta negra doble cabina y un convertible blanco, parecían que venían jugando carreras entre ellos, todos los que nos encontrábamos en el balcón nos levantamos, ya que estando en segundo piso podíamos ver bien, Leila soltó un chillido cuando aceleraron se iban a matar iban directo a la casa, se iban a estrellar contra ella, y después de eso solo se escucho el chirrido de las llantas cuando quieres frenar, levanto una nube de polvo y jure que todos esperamos a que se escuchara el golpe que nunca llego.

Cuando la nube de polvo bajo, los carros estaban de frente a la casa, intactos, pasaron unos minutos y de la camioneta se bajo un joven, alto, cabello negro, sentía que lo había visto en algún lugar, se dirigió al convertible y abrió la puerta del conductor haciendo que bajara una rubia espectacular, cuando estuvo firme en el suelo, se lanzo a los brazos de él mientras reía, el la sujeto por los brazos y empezó a darle vueltas.

El joven saco otra vez el pequeño control del carro lo apretó, entonces la casa se empezó a encender, ayer lo había visto de un costado, ahora lo veía de frente, las lucecitas del porche se prendieron y las cortinas de todas las ventanas se abrieron, ellos no le tomaron atención a eso, el la seguía abrazando con un cariño impresionante, se soltaron y empezaron a avanzar hacia la casa, pensé que entrarían por la puerta principal pero no, se dirigieron a uno de los costados hacia la terraza, todavía no llegaban cuando se oyó otro carro, y que carro¡¡¡ otro convertible pero ahora azul, estos tipos sí que tenían dinero, sus carros no parecían nada baratos.

El auto no venia tan rápido como los otros, llego en una velocidad prudente a la entrada de la casa, y entonces bajo del carro, era la mujer más hermosa que había visto, tenía su cabello negro en unos rizos muy bien definidos hasta media espalda, sus ojos iban cubiertos por unos lentes de sol, más que nada para cubrir el viento, ya que traía la capota del carro abajo, y no por que hiciera sol, se podía ver clase y porte en ella, vestía un pantalón de mezclilla azul marino, una blusa negra y zapatillas negras, me perdí en su imagen no podía dejar de verla.

Ella no parecía notar que la veíamos, bueno yo la veía exclusivamente a ella, ya que muchos otros de producción decían que no podía distinguir entre la belleza de ella y la de la rubia, enfoco su vista en la casa.

-Meredith- le grito el hombre que abrazaba a la rubia, abriendo sus brazos en señal de bienvenida.

Entonces ella lo vio y su cara se ilumino, se quito los lente y los aventó dentro del carro, corrió hacia él, se veía impactante como corría y como su cabello se alborotaba con el aire, llego hasta él y se le abrazo, como si su vida dependiera de él, de un brinquito rodeo sus brazos al cuello de él, sentí una pequeña molestia, ella estaba con él, el era su novio, debía de ser lógico, siendo ella bellísima, lo soltó y abrazo a la rubia, parecía que compartían unas palabras entre risas, y entraron los tres a la casa.

-Sebastián vas a seguir comiendo o te vas a quedar ahí parado toda la santa tarde- me regaño Leila, cuando me gire hacia ellos me di cuenta que yo era el único que seguía de pie.

-No los había reconocido bien hasta que estuvieron juntos los tres- meditaba Tom.

-¿Sabes quiénes son?- pregunte esperanzado.

-Claro, no recuerdo el nombre pero son uno de los grupos más populares en casi todo el mundo, pero no me extraña que tú no lo sepas, ya que siempre andas en otro mundo-

-calla Tom, simplemente no conozco a toda la población mundial como tu- le conteste

-Amaya se ve más hermosa en persona que en revistas- suspiro mi hermanote.

-¿Amaya?- pregunte.

-Claro Amaya, la rubia hermosa, es toda una diosa- podría jurar que Tom iba a empezar a babear.

-y ni digas de David, es perfecto, ya quiero ver cómo nos vamos a enamorar- decía Leila soltando risitas, mientras yo y Tom la veíamos como bicho raro… Ella decía que David y ella estarían juntos… ¿Cómo lo sabía?

-No me vean así, acabo de conocer al amor de mi vida, y con el paso del tiempo se los comprobare- se levanto de la mesa recogiendo su plato.

Tom la siguió, yo solo me quede ahí sentado solo, la mayoría ya se habían ido quedábamos como 3 personas, me puse a pensar en Tanya, la verdad es que la extrañaba, me gustaría poder abrazarla en este momento, me levante y volví a recargar mis brazos en el barandal, tenía mi vista perdida hacia la casa, pero no la veía en si…

Hasta que mi vista la enfoco en una de las ventanas de arriba, sonreía, y me veía…

Meredith me veía, y así…

Tanya salió de mi pensamiento…

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